domingo, 12 de febrero de 2017

CAMBIOS EN EL DESARROLLO EMOCIONAL DE 10-16 AÑOS



Es una de las etapas más complicadas entre la relación de padres e hijos

Los conflictos familiares aparecen de forma muy frecuente en esta época de cambio. Pero como la esperanza es lo último que se pierde vamos a destacar que en la mayor parte de los estudios realizados en este tema indican que aunque en la adolescencia temprana suelen aparecer algunas turbulencias en las relaciones entre padres e hijos, en la mayoría de familias estas relaciones siguen siendo afectuosas y estrechas.

Sólo en un reducido porcentaje de casos, los conflictos alcanzarán una gran intensidad. Además, estos adolescentes más conflictivos suelen ser aquellos niños y niñas que atravesaron una niñez difícil, ya que sólo un 5% de las familias que disfrutan de un clima positivo durante la infancia van a experimentar problemas serios en la adolescencia (Steinberg, 2001).

 La familia es un sistema dinámico sometido a procesos de transformación, que en algunos momentos serán más acusados como consecuencia de los cambios que tienen lugar en algunos de sus componentes.

Así, la interacción entre padres e hijos deberá acomodarse a las importantes transformaciones que experimentan los adolescentes, y pasará de la marcada jerarquización propia de la niñez a la mayor igualdad y equilibrio de poder que caracterizan las relaciones parentofiliales durante la adolescencia tardía y la adultez emergente, debiendo por tanto como padres ser mas tolerantes y reflexivos a la hora de tratar ciertos temas con nuestros hijos adolescentes.
Es una etapa en que las jerarquías familiares han de ir pasando ha una forma más equilibrada entre los distintos miembros ya que no se trata de un niño sino de un "adulto emergente".

Fases de la adolescencia

Es un periodo de cambios a nivel físico y mental

En primer lugar habría que destacar los cambios hormonales propios de la pubertad, que suelen tener consecuencias sobre los estados emocionales del adolescente y repercuten de forma negativa en sus relaciones con quienes les rodean (Brooks-Gunn, Graber y Paikoff, 1994). Además, el aumento del deseo y de la actividad sexual que conllevan los cambios hormonales puede inclinar a los padres a mostrarse más restrictivos y controladores con respecto a las salidas y amistades del chico y, sobre todo, de la chica adolescente.



En el funcionamiento psicológico, las dimensiones más destacadas del desarrollo adolescente se dan en el plano intelectual, sexual, social y en la elaboración de la identidad.  Con la finalidad de facilitar la sistematización de sus características, analizaremos la evolución que presentan a través de tres fases. 

1. Temprana (10 - 13 AÑOS) Preocupación por lo físico y emocional 

Entre los 10 y los 13 años la preocupación psicológica gira básicamente alrededor de lo físico y lo emocional.  Se produce una reestructuración de la imagen corporal, se vive un ajuste a los cambios corporales emergentes, el ánimo es fluctuante; hay una fuerte autoconciencia de las necesidades y deseos de comprensión y apoyo por parte de los mayores.

Existen duelos por la pérdida del cuerpo y el status infantil así como de la imagen de los padres seguros y protectores de la niñez (Aberastury, 1971).  


2. La adolescencia media: La búsqueda de la afirmación personal y social


Aproximadamente entre los 14 y 16 años las preocupaciones psicológicas giran prioritariamente en torno a la afirmación personal - social y afloran las vivencias del amor.   La búsqueda de canalización de los emergentes impulsos sexuales, la exploración de las capacidades sociales, y el apoyo en la aceptación por el grupo de pares dinamizan la afirmación personal y social en la adolescencia.

La familia ha dejado de ser el espacio privilegiado para confirmar las habilidades y autoestima adolescente, lo que genera para las figuras parentales el difícil desafío de lograr la capacidad de mantener y expresar, en estas nuevas condiciones, la aceptación de sus hijos adolescentes.

El desarrollo intelectual es parte del empuje de insertarse en el mundo de una nueva forma.  Existe interés por nuevas actividades, emerge la preocupación por lo social y la exploración de capacidades personales en la búsqueda de la autonomía.


3. Fase final del período. Adolescente: Búsqueda de intimidad y de la costrucción del rol social 


En la última fase de la adolescencia se comienza a evolucionar de un proyecto de vida diferente con el proyecto familiar a una forma de entender el mundo y el entorno de una forma personal y social propia que se deberá ir construyendo en el día a día y la práctica concreta aportando la consolidación de la identidad y los roles de nuestro hijo.  

No se trata tanto de la elaboración de un proyecto planificado de principio a fin, como podía esperarse tradicionalmente, sino del compromiso con pasos y experiencias dadas en su presente, que constituyan vías flexibles hacia los roles y metas de acuerdo con la incertidumbre de los tiempos.

 Las figuras parentales enfrentan el duelo que provoca el desprendimiento físico del medio familiar por el adolescente, el llamado " Síndrome del nido vacío".

¿Que pasa cuando no se quiere ser adulto? . Síndrome de "Peter Pan"

Es un conjunto de rasgos de una persona que se niega ha ser adulto y seguir evolucionando.


























Nos encontramos en una sociedad en la que la falta de compromiso, las responsabilidades y la falta de seguridad económica , muestran un enlentecimiento de esta fase evolutiva del ser humano que está haciendo que la pubertad y juventud se vayan alargando hasta la treintena y más. 

El psicologo Dan Kiley denominó con el término de "Síndrome de Peter Pan", al conjunto de rasgos que tiene aquella persona que no sabe o no puede renunciar a ser hijo para ser padre.

Si bien a este síndrome no se le reconoce como una enfermedad propiamente dicha, pues no aparece codificada como tal en el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM), es un hecho que los profesionales constatamos su existencia en la práctica psiquiátrica y psicológica diaria.  

Ayudar a nuestros hijos adolescentes a ser adultos responsables


Hay que recordar que primeramente el desacuerdo es completamente normal, y como adultos que somos y responsables del funcionamiento adecuado familiar debemos de pensar en que existen más alternativas que la pelea para solucionar los problemas. 

El conflicto constituye una oportunidad para un cambio positivo y par la comprensión. De tal modo ten presente, que se necesitan dos personas para que haya una pelea. No seas tu una de ellas.

La autoestima y autoconcepto es uno de los rasgos fundamentales que nuestros hijos van a desarrollar en esta época de cambios, es importante ayudarles ha formarse un buen concepto de sí mismos, ya que este será fundamental para su buen funcionamiento futuro. 

 Localiza tu atención en rasgos positivos de tu hijo, una buena forma, sería hacer una lista de las cualidades positivas de este.

Ten un rato al día ha charlar con él, pregunta por sus amigos, estudios, haga alguna  actividad con el.

Del mismo modo que a nadie nos gusta que hablen mal de uno, ten cuidado y no hables mal de su hijo, es mejor que reconocer su esfuerzo, interés y concentración en aquello que hace bien.

Es una etapa dura, difícil de vivir, para ellos se enfrentan a un mundo que les cuesta entender. 

Sus cambios son muy confusos, y es un momento clave para su evolución personal. Tienen muchas decisiones importantes a las que enfrentar, amigos, estudios, sexo, drogas...

Intentemos ponernos en la piel de nuestros hijos y seamos sabios en comprender que es un proceso más de su evolución y que con un poco de comprensión por parte nuestra conseguiremos un desarrollo positivo y de florecimiento de sus mejores cualidades.

Es una etapa dura, difícil de vivir, para ellos se enfrentan a un mundo que les cuesta entender. 









Referencias

El desarrollo psicológico en la adolescencia:Las transformaciones en una época de cambios.
Adolesc. salud vol.1 n.2 San José Jan. 1999.

Relaciones familiares y desarrollo adolescente de Psicología.2006, vol. 37, nº 3, 209-223
2006, Facultat de Psicologia Universitat de Barcelona2006, vol. 37, nº 3, 209-223

Libro:«El síndrome de Peter Pan, la persona que nunca crece»Dan Kiley ,1983.

Libro: "Recetas para educar ". Carolyn Meeks.

 Autora

 Maria José Espinosa
     
Psicóloga.COL-MU3653. Especialista en Psicología de la Salud  y del Ciencias del Comportamiento.


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